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El contenido es responsabilidad única de su titular, Jesús Briseño.
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LA PALABRA DE DIOS
06 Dec 11 - 14:39
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. Salmos 119.105
INTRODUCCION
La actitud del hombre ante la revelación de Dios ha sido históricamente variable. Para unos la Biblia es un libro más, lleno de errores e inexactitudes.
Para otros contiene la Palabra de Dios, pero al ser escrita por el hombre imperfecto, consideran que contiene errores o contradicciones.
La Biblia afirma ser la Palabra de Dios; inspirada por el Espíritu Santo y por lo tanto perfecta, sin error ni contradicción.
El cristianismo afirma la divina inspiración de la Sagrada Escritura, y esta establece lo que las evidencias internas y externas confirman: que es la revelación personal de Dios, inspirada por el Espíritu Santo y avalada por Cristo Jesús.
En primer lugar, es la Biblia una colección de libros escritos durante un periodo aproximado de 1500 años, en diferentes regiones y bajo diversos contextos históricos.
Escrita por aproximadamente cuarenta personas, pertenecientes a diversas culturas, a diferentes tiempos y de varios oficios, la mayoría de las cuales no se conocieron entre si; sin embargo, la Biblia tiene unidad de tema, propósito y forma, no se contradice.
Contemplando la Creación de Dios, nos asombran las maravillas de su perfección; cada parte de ella, desde los grandes cuerpos celestes hasta el mas mínimo átomo, puesto exactamente en el lugar indicado.
Dice la Escritura: Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Salmos 19.1.
Vemos en primer lugar orden, propósito y sabiduría en toda la Creación.
¿Cómo se puede pensar siquiera que el Señor sea Autor de tanta perfección y al mismo tiempo no pueda o no quiera darnos una revelación directa o comunicación de su voluntad?
¿Es concebible que Dios produzca seres pensantes para que luego estos se gobiernen cada cual a su gusto, cada cual por su propio camino?
LA INSPIRACION DE LAS ESCRITURAS
La Biblia no proviene de voluntad humana, es decir, no fue pensada y realizada por el hombre. Dios inspiro a hombres escogidos, dictándoles lo que habrían de escribir.
No fue posible para un conjunto de hombres planear la creación de la Biblia, porque quienes la escribieron no se conocieron entre si. Pero sí estuvieron plenamente conscientes de que redactaban la Palabra de Dios.
Aun si un conjunto de hombres hubieran podido escribir la Biblia, no hubieran querido, pues su contenido condena la inclinación natural del hombre hacia el pecado.
Si el hombre hubiera sido el autor de las Santas Escrituras, otro muy distinto sería su mensaje.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, no una parte o la mayoría: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2Timoteo 3.16, 17.
¿Acaso Dios es incapaz de crear un libro perfecto?
Si la Escritura tuviera un solo error, ¿sería confiable su conjunto?
Un error muy común es creer que varios libros antiguos se adjudican autoría divina, pero eso es falso.
Si bien han existido diversos manuales de moral y conducta, ningún libro de la antigüedad afirma ser palabra de Dios, sólo la Biblia.
SU CONTENIDO ES INALTERABLE
El hombre no ha recibido anuencia para añadirle o quitarle nada: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis 22.18, 19
Siendo de inspiración divina, es segura, y no está sujeta a interpretaciones personales porque no proviene de voluntad humana: Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2Pedro 1.19-21
Multitud de acontecimientos en la historia del mundo sucedieron tal como Dios lo dijo, contra toda probabilidad.
Existen en el texto del Antiguo Testamento más de trescientas profecías concernientes a Cristo, todas cumplidas al pie de la letra.
El Señor dice: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Lucas 21.33
Para conocer la voluntad de Dios es preciso escudriñar solícitamente la Biblia, ninguna otra escritura: Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17.10, 11
EL TESTIMONIO DE JESUCRISTO
Jesucristo avaló y defendió el texto sagrado, conduciendo toda cuestión a lo que en él está escrito: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; Juan 5.39
Si la Biblia tuviera un solo error o contradicción, nadie mejor que Cristo para prevenirnos.
La Biblia es toda la revelación de Dios, ella nos va a juzgar y sólo ella nos da la información necesaria para ser salvos: Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. Lucas 16.27-31 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. Juan 12.47, 48
EL PROPÓSITO DE LAS ESCRITURAS
La palabra de Dios desnuda nuestra conciencia ante El: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4.12
Nada de lo que Dios nos comunica en su palabra nos puede dañar, sino que es para nuestro solo provecho: Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. Proverbios 30.5 Sumamente pura es tu palabra, Y la ama tu siervo. Salmos 119.140
Es por eso que el principal mandamiento de Dios está en conexión con amar su Palabra: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6.4-9
Es preciso que la predicación y toda palabra del creyente sea conforme a la voluntad de Dios expresada en su Palabra: Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1Pedro 4.11
Será bienaventurada la persona que a cada paso esté atenta a la palabra de Dios, para andar según su voluntad: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Salmos 1.1-3
CONCLUSION
Es el mensaje salvador de la Escritura una carta sencilla si se estudia responsablemente.
Aun lo que cueste algún esfuerzo entenderlo, se debe poner toda humilde disponibilidad para asimilarlo y practicarlo.
Definitivamente, la creencia o no en la Biblia como divinamente inspirada, no depende del convencimiento intelectual, sino de la voluntad; no es que no se pueda creer, sino que no conviene creer.
PARA MEMORIZAR:
1.- Dios comunica al hombre su voluntad exclusivamente por medio de la Biblia. 2.- Nuestro Señor Jesucristo avaló su contenido, confirmando que era obra del Espíritu Santo. 3.- La Santa Escritura fue consumada en un periodo de 1500 años por 40 personas aproximadamente. 4.- Su mensaje más importante tiene que ver con el plan de Dios para la salvación del hombre. 5.- Es imprescindible que todo cristiano hable conforme a la palabra de Dios, sin añadirle ni quitarle absolutamente nada.
Jesús Briseño. Guadalajara, Jal. 2009
INTRODUCCION
La actitud del hombre ante la revelación de Dios ha sido históricamente variable. Para unos la Biblia es un libro más, lleno de errores e inexactitudes.
Para otros contiene la Palabra de Dios, pero al ser escrita por el hombre imperfecto, consideran que contiene errores o contradicciones.
La Biblia afirma ser la Palabra de Dios; inspirada por el Espíritu Santo y por lo tanto perfecta, sin error ni contradicción.
El cristianismo afirma la divina inspiración de la Sagrada Escritura, y esta establece lo que las evidencias internas y externas confirman: que es la revelación personal de Dios, inspirada por el Espíritu Santo y avalada por Cristo Jesús.
En primer lugar, es la Biblia una colección de libros escritos durante un periodo aproximado de 1500 años, en diferentes regiones y bajo diversos contextos históricos.
Escrita por aproximadamente cuarenta personas, pertenecientes a diversas culturas, a diferentes tiempos y de varios oficios, la mayoría de las cuales no se conocieron entre si; sin embargo, la Biblia tiene unidad de tema, propósito y forma, no se contradice.
Contemplando la Creación de Dios, nos asombran las maravillas de su perfección; cada parte de ella, desde los grandes cuerpos celestes hasta el mas mínimo átomo, puesto exactamente en el lugar indicado.
Dice la Escritura: Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Salmos 19.1.
Vemos en primer lugar orden, propósito y sabiduría en toda la Creación.
¿Cómo se puede pensar siquiera que el Señor sea Autor de tanta perfección y al mismo tiempo no pueda o no quiera darnos una revelación directa o comunicación de su voluntad?
¿Es concebible que Dios produzca seres pensantes para que luego estos se gobiernen cada cual a su gusto, cada cual por su propio camino?
LA INSPIRACION DE LAS ESCRITURAS
La Biblia no proviene de voluntad humana, es decir, no fue pensada y realizada por el hombre. Dios inspiro a hombres escogidos, dictándoles lo que habrían de escribir.
No fue posible para un conjunto de hombres planear la creación de la Biblia, porque quienes la escribieron no se conocieron entre si. Pero sí estuvieron plenamente conscientes de que redactaban la Palabra de Dios.
Aun si un conjunto de hombres hubieran podido escribir la Biblia, no hubieran querido, pues su contenido condena la inclinación natural del hombre hacia el pecado.
Si el hombre hubiera sido el autor de las Santas Escrituras, otro muy distinto sería su mensaje.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, no una parte o la mayoría: Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2Timoteo 3.16, 17.
¿Acaso Dios es incapaz de crear un libro perfecto?
Si la Escritura tuviera un solo error, ¿sería confiable su conjunto?
Un error muy común es creer que varios libros antiguos se adjudican autoría divina, pero eso es falso.
Si bien han existido diversos manuales de moral y conducta, ningún libro de la antigüedad afirma ser palabra de Dios, sólo la Biblia.
SU CONTENIDO ES INALTERABLE
El hombre no ha recibido anuencia para añadirle o quitarle nada: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. Apocalipsis 22.18, 19
Siendo de inspiración divina, es segura, y no está sujeta a interpretaciones personales porque no proviene de voluntad humana: Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2Pedro 1.19-21
Multitud de acontecimientos en la historia del mundo sucedieron tal como Dios lo dijo, contra toda probabilidad.
Existen en el texto del Antiguo Testamento más de trescientas profecías concernientes a Cristo, todas cumplidas al pie de la letra.
El Señor dice: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Lucas 21.33
Para conocer la voluntad de Dios es preciso escudriñar solícitamente la Biblia, ninguna otra escritura: Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17.10, 11
EL TESTIMONIO DE JESUCRISTO
Jesucristo avaló y defendió el texto sagrado, conduciendo toda cuestión a lo que en él está escrito: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; Juan 5.39
Si la Biblia tuviera un solo error o contradicción, nadie mejor que Cristo para prevenirnos.
La Biblia es toda la revelación de Dios, ella nos va a juzgar y sólo ella nos da la información necesaria para ser salvos: Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos. Lucas 16.27-31 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. Juan 12.47, 48
EL PROPÓSITO DE LAS ESCRITURAS
La palabra de Dios desnuda nuestra conciencia ante El: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4.12
Nada de lo que Dios nos comunica en su palabra nos puede dañar, sino que es para nuestro solo provecho: Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. Proverbios 30.5 Sumamente pura es tu palabra, Y la ama tu siervo. Salmos 119.140
Es por eso que el principal mandamiento de Dios está en conexión con amar su Palabra: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. Deuteronomio 6.4-9
Es preciso que la predicación y toda palabra del creyente sea conforme a la voluntad de Dios expresada en su Palabra: Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1Pedro 4.11
Será bienaventurada la persona que a cada paso esté atenta a la palabra de Dios, para andar según su voluntad: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Salmos 1.1-3
CONCLUSION
Es el mensaje salvador de la Escritura una carta sencilla si se estudia responsablemente.
Aun lo que cueste algún esfuerzo entenderlo, se debe poner toda humilde disponibilidad para asimilarlo y practicarlo.
Definitivamente, la creencia o no en la Biblia como divinamente inspirada, no depende del convencimiento intelectual, sino de la voluntad; no es que no se pueda creer, sino que no conviene creer.
PARA MEMORIZAR:
1.- Dios comunica al hombre su voluntad exclusivamente por medio de la Biblia. 2.- Nuestro Señor Jesucristo avaló su contenido, confirmando que era obra del Espíritu Santo. 3.- La Santa Escritura fue consumada en un periodo de 1500 años por 40 personas aproximadamente. 4.- Su mensaje más importante tiene que ver con el plan de Dios para la salvación del hombre. 5.- Es imprescindible que todo cristiano hable conforme a la palabra de Dios, sin añadirle ni quitarle absolutamente nada.
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